lunes, 9 de febrero de 2015

NUMEROS: Obsesión por la pureza y discriminación

NT (texto bíblico): Manda que hagan salir del campamento a los leprosos, a todo el que padece flujo y a todo inmundo por un cadáver, para que no contaminen el campamento (Num. 5.1-4).

CM (comentarios): Parece, que una vez acabados los recuentos de los varones; las mujeres son ignoradas, Yavé, gran defensor de la pureza, trata de aislar a toda persona contaminada del resto, para que éstos permanezcan puros, debiendo pagar quienes incumplan los mandatos de Yavé con las correspondientes ofrendas, tal como se había establecido en el libro Levitico.

NT: Si la mujer de uno fornicase y le fuera infiel, durmiendo con otro en concubino de semen, sin que haya podido verlo el marido ni haya testigo, por no haber sido hallada en el lecho, y se apoderase del marido el espíritu de los celos y tuviese celos de ella, háyase ella manchada en realidad o no, la llevará al sacerdote y ofrecerá por ella una oblación de la décima parte de un efá de harina de cebada, sin derramar aceite sobre ella ni poner incienso, para traer el pecado a la memoria (Num. 5.11-15). 

CM: La mujer, ante la sospecha del hombre, derivada de los celos, deberá sufrir la humillación de ser llevada al sacerdote para ser sometida a la ceremonia de la maldición, que consiste en escribir, por parte del sacerdote, la maldición de Yavé (hágase execración de en medio de su pueblo y séquense sus muslos e hínchese su vientre) en una hoja que diluirá en agua amarga, luego agitara la mano de la mujer ante Yavé y la llevara al altar; allí quemará un puñado de la ofrenda y después dará de beber del agua a la mujer. Y si se hubiere contaminado, siendo infiel a su marido, se le hinchará el vientre, se le secarán los muslos y será maldición en medio de su pueblo. Si por el contrario, no se contamino y es pura, quedara ilesa y será fecunda (Num. 5.16-31).

Extraña forma de determinar la veracidad de los hechos. Tampoco establece un periodo para que el hechizo surta el efecto determinante de la culpabilidad o inocencia de la sospechosa, si éste ha de verificar cada día el estado del vientre y los muslos de la mujer. En todo caso, y dada la condición humana propia al enconamiento con ciertas formas de “pecado”, es factible pensar que sobre la desdichada mujer caerá siempre el peso de la sospecha.

NT: Establece Yavé que quien se consagra a él (voto de nazareo) se abstendrá de tomar vino y cualquier bebida embriagante, ni pasara la navaja por su cabeza. Durante el tiempo de consagración será santo, no se acercara a cadáver alguno, ni de sus familiares. El incumpliendo llevara consigo el sacrificio por el pecado. Al final de su nazareo hará en ofrenda un cordero primal, una oveja, un carnero y un cestillo de panes (Num. 6.1-21).


CM: Tiene bastante parecido con los votos de penitencia a los que se sometían los cristianos, quizás algunos lo hacen aún, en agradecimiento a parabienes recibidos en la vida y atribuidos a su dios, en llamadas al todopoderoso para la salvación de algún familiar o en  evitación de males venideros. Puesto que ante Yavé los individuos se miden por sus bienes económicos, aquellos que viviendo en la pobreza no dispongan de los animales para el sacrificio difícilmente podrán someterse al nazareo. Quizás existieran diferentes grados de consagración, en cuyo caso el sacrificio fuese de menor cuantía, pero parece que Yavé es bastante cartesiano en sus preceptos.

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